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Entrevista a
Fabiana Hodara
Fabiana Hodara es la wedding planner más acreditada, influyente y prestigiosa de Uruguay. Es detallista, creativa y le pone el alma a su trabajo. Hoy, como hace diez años, lidera un equipo que hace de cada fiesta un acontecimiento memorable para protagonistas e invitados. ¿Cómo lo hace? Seguro que con dedicación y entusiasmo, pero también con detalles intangibles que definen su propia esencia. «Amamos lo que hacemos», afirma. Definitivamente, el amor se nota.
¿Cómo cree que han evolucionado las bodas?
Hace 20 años, las bodas eran lo que hoy en día conocemos como bodas clásicas. Esto es que la pareja iba hacia la ceremonia en la iglesia o en el registro, luego al salón donde se llevaba a cabo una cena con toda la familia, siguiendo el protocolo estipulado: se cortaba la torta y los novios abrían el baile con una pieza clásica de vals y después de unos cuantos bailes, la boda terminaba. Actualmente, las bodas son una puesta en escena, llenas de sorpresas y detalles. El éxito de la boda lo garantiza la mezcla de los toques clásicos que perduran en el tiempo con los toques creativos y distintos que todos aspiran y aprecian.
¿Cómo encaminan en Hodara Planners cada proyecto?
Para empezar, ninguna de nuestras bodas se parece una a la otra. Cada una responde a gustos, criterios estéticos y personalidades muy diferentes, no hacemos bodas en serie. Cada una requiere proveedores a la medida de lo que cada cliente está buscando. Así encaramos cada proyecto.
Cada vez se escuchan más opiniones que alegan que las bodas de Hodara son diferentes. ¿En qué cree que se sustenta esa opinión?
En que miramos el evento como un gran espectáculo, y en definitiva una boda lo es. Está claro que los invitados van porque son familiares, amigos y le tienen mucho cariño a alguno de los novios, pero también porque les divierte el evento en sí mismo. Y por ello, nos salimos de lo convencional y nos animamos a hacer cosas distintas, pero en su justa medida. Sabemos hasta dónde respetar el protocolo y hasta donde apostar a lo distinto. Además, creemos en la economía de recursos y por ello, no ponemos nada que esté de más. Y esto es importante porque organizar una boda con personalidad no quiere decir llenarla de cosas, pero hay una tendencia a equivocarse en esto, abusar de los recursos. Y hay que saber decir que no, las cataratas de estímulos no suman. Porque no debemos olvidar que el foco del evento está en el invitado.
¿Qué es lo primero que tiene que saber el cliente?
Lo primero de todo es dejarlo hablar para que nos cuente las líneas básicas sobre las cuales nos vamos a mover. Dónde se va a casar, si es de día o de noche y qué detalles son importantes para los novios. Esas respuestas son las que nos van a ir ordenando mentalmente para que su fiesta sea la de ellos y no la de otros.
¿Cuál es, a su criterio, el peor error que se puede cometer en una boda?
No considerar el timing como factor principal. No importa cuánto te hayas esmerado en servir la mejor comida, poner la mejor música o tener la mejor ambientación, si los tiempos están mal marcados y las cosas no suceden cuando realmente deben suceder, toda la fiesta deja
poca huella.
¿Qué ocurre si un cliente les pide algo que no ven viable en absoluto?
Si nos piden algo que ya sabemos que no va a funcionar, se lo explicamos dando siempre razones con fundamento. Y siempre, siempre, frente a una negativa, proponemos una opción.
¿Y en cuanto a colores?
Cualquier línea cromática es una buena opción, lo importante es cómo asociarlo, armonizarlo y combinarlo. Es más importante el equilibrio entre piezas que la belleza aislada de una sola de ellas.
Después de diez años en el mercado, ¿qué siente que más valoran sus clientes?
Que se nota que amamos lo que hacemos. Y eso me llena de orgullo porque realmente es así. El estar disponibles, escucharlos, que puedan ahorrar tiempo, que puedan levantar el teléfono con cualquier duda o necesidad y que inmediatamente se lo podamos solucionar. Eso nos caracteriza. Que nos pregunten por determinados proveedores y podamos responder en tiempo y forma las ventajas y desventajas de su servicio sin que ellos tengan que ir uno por uno. Poder negociar por ellos para conseguir el precio que están buscando sin que tengan la necesidad de entrar en acción con todos y cada uno, ahorramos el desgaste de tiempo y energía. Poder aportarles ideas creativas e innovadoras. Poder ayudarlos y aconsejarlos a definir en que es mejor gastar y en que no. Son muchos los puntos para destacar.
¿Es necesario contratar una wedding planner?
Al momento de comenzar a planificar una boda, siempre digo que los novios pueden poner su cabeza en modo estrés e ir solos, o en modo fiesta y dejarse ayudar para darle vida a lo que siempre soñaron.
Agradecimiento especial por entrevista
De Fiesta Magazine
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